miércoles, 1 de agosto de 2012

“VIAJAMOS PARA VOLVER A CASA” (PABLO NERUDA). Vuelta a casa, 14 de Junio de 2012




El avión despega. Sonrío, me siento feliz, ya conozco esta sensación. Estoy contento por lo que he vivido, que ya forma parte de mí, pero sigo adelante y me siento bien. La vida es así seguir adelante es una gran noticia, quizás la mejor de todas ellas, y me gusta.


Como hice cuando tomé la decisión de viajar, nadie de mi entorno inmediato sabía que volvía a casa. Quería llegar a casa caminando, con mi mochila en la espalda y con la seguridad de que había tomado una decisión sin influencias externas. Para mí que tenía el vuelo comprado desde hacia unas semanas no era novedad volver a casa, ya llevaba tiempo pensando en ello, pero mis familiares y amigos más cercanos, como iban a reaccionar al abrirme la puerta de sus casa y verme llegar de frente. Como una imagen vale más de mil palabras, os dejo aquí algunas instantáneas de gente querida, muy querida, y su expresión al cruzarse su mirada con la mía cara a cara.


La verdad es que los días siguientes a la llegada han sido excelentes por el recibimiento de familia, amigos, compañeros de trabajo, incluso de personas que no conocía y a través de alguien me han estado siguiendo a través de este medio, el blog, y me han hecho sentirme como una mini estrella de rock. Así da gusto volver a casa, dándose un baño oceánico de afecto, y muestras espontaneas y sinceras de cariño, de abrazo en abrazo. Creo que es la consecuencia directa de intentar compartir esta experiencia, que sigue abierta.


Los días siguientes a la llegada, cuando todo empieza a normalizarse, te das cuenta que tus pies empiezan a tocar el suelo de la realidad y sientes tus pisadas con más fuerza por dónde caminas. “Cuando vuelves a casa todo sigue igual, te das cuenta que el que has cambiado eres tú. Todo se ve igual, huele igual, se siente igual…”


Caminar por Zaragoza y ver mucha más gente pidiendo por la calle que hace un año, me hace reflexionar sobre cómo ayudar a la gente. Llevo muchos meses viendo pobreza en la calle por Latinoamérica mucha más de la que estoy seguro voy a ver por nuestras ciudades. La pobreza ya no me sorprende, aprendí a mirar a las personas pobres a la cara sin vergüenza y a sonreírles o conversar con ellas. Quizás sea la primera ayuda que pueda dar a esas personas, como hacía por Latinoamérica, y compartir mi tiempo, afecto o parte de un bocadillo con ellas, y claro, cuando me sobre un euro en bolsillo repartirlo. También me gustaría colaborar con alguna organización de mi ciudad, alguna tarde a la semana con niños o jóvenes que lo necesiten, así que si alguien conoce algún buen lugar para dedicar algo de mi tiempo que me avise, gracias. “El mundo se cambia con tu ejemplo, no con tu opinión” (P. Coelho).


Muchas veces he oído durante estos últimos meses, “aprovecha, que esto es solo una vez en la vida”. No creo que sea así, he visto tantas fórmulas de viaje distintas en estos meses sin importar la edad, tu condición social, familiar o económica, que en el momento que tenga la voluntad de querer vivir la vida de manera distinta lo podré hacer, pero me gustaría transformar esa afirmación a todas las personas que me la han dicho y decirles lo mismo, “aprovecha (que esto) la vida, es solo una vez en la vida”

Ahora escribo desde la sombra de un árbol en un camping en Somo, cerca de Santander, he venido a surfear unos días y estar tranquilo. He pensado que como el blog es un buen medio para seguir transmitiendo cosas y sobre todo para compartir, y como ahora tengo muchos amigos de otros países, voy a seguir escribiendo y dando a conocer lugares de España o de Europa. No voy a poder viajar muy lejos por dinero y por tiempo. En septiembre vuelvo a trabajar de nuevo, pero seguro que puedo visitar lugares cercanos que son espectaculares sin salir de Aragón, mi comunidad.

Próximamente escribiré sobre Eslovenia, Croacia y Bosnia, dónde estuve hace unas semanas. Parece que todavía tengo ganas de seguir viajando. “El hombre es el ser que busca aún a sabiendas de que no va a encontrar”

Todas las fotos de la vuelta a casa AQUÍ

ADIOS CORCOVADO: 13 DE JUNIO DE 2012



Una vez más, y ya perdí la cuenta de las veces que lo he hecho en este viaje, vuelvo a meter las cosas en mi mochila. Ya está todo preparado, esta tarde sale mi avión que me llevará de vuelta a mi país, a casa, tras nueve meses y dos días de viaje, unos 277 amaneceres y atardeceres de aventura, y las sensaciones se entremezclan, casi en la misma dirección en la que he viajado, libre.

Pero antes de partir, este camino recorrido me esperaba con una última maravilla, el Cristo Corcovado que lo observa todo desde las alturas de esta fantástica ciudad, Rio de Janeiro, que me aguarda para más adelante.


Un trenecito te sube hasta mitad de camino por el que continuas con unas furgonetas, pero de esta forma te pierdes una buena panorámica desde otro de los cerros para poder ver el Cristo desde una perspectiva distinta y alejada. Así que decidí contratar una excursión, que al final te cuesta el mismo dinero, pero te van parando en distintos puntos para ver la majestuosa estatua desde diferentes ángulos. Además así puedes saludar a pequeños habitantes con mucho pelo, que están atentos a todo lo que puedan agarrar.


Una vez que llegas a la montaña del Cristo Corcovado una de las siete maravillas del planeta (para mí la cuarta que visito), aprecias la grandiosidad y el tamaño de la figura: enorme, perfecta, blanca, proporcionada, inmaculada, sobria, equilibrada…y las vistas que se tienen desde los miradores, que es buena parte del pastel y la guinda de la maravilla. Sientes Río a tus pies, con todos sus morros, playas, islas, montes, barrios, favelas, y el atlántico bañándolo todo, aderezado con el sol brasileño.



Muchos visitantes. Últimas conversaciones con viajeros. Esto se acaba… Queda volver al hostel, comer, y partir hacia el aeropuerto, partir a casa con ganas de sentir a tu familia y amigos, de pisar la tierra dónde naciste y alberga miles de recuerdos, más de los que te ha proporcionado este viaje, pero con tristeza de finalizar algo bueno, una experiencia única hasta este momento en mi vida, pero con la esperanza de que se vuelva a repetir, para seguir abriendo los ojos al mundo, a ti mismo y cultivando tu alma y espíritu de esta forma tan especial de hacerlo, caminando por el mundo y compartiendo todo lo que tienes por dentro y por fuera.


            Última mirada al Cristo de las alturas. Adiós corcovado, nos veremos algún día, como a todos los amigos y lugares que dejé atrás…

             Fotos del Cristo Corcovado AQUI