El avión
despega. Sonrío, me siento feliz, ya conozco esta sensación. Estoy contento por
lo que he vivido, que ya forma parte de mí, pero sigo adelante y me siento
bien. La vida es así seguir adelante es una gran noticia, quizás la mejor de
todas ellas, y me gusta.
Como hice
cuando tomé la decisión de viajar, nadie de mi entorno inmediato sabía que
volvía a casa. Quería llegar a casa caminando, con mi mochila en la espalda y con
la seguridad de que había tomado una decisión sin influencias externas. Para mí
que tenía el vuelo comprado desde hacia unas semanas no era novedad volver a
casa, ya llevaba tiempo pensando en ello, pero mis familiares y amigos más
cercanos, como iban a reaccionar al abrirme la puerta de sus casa y verme
llegar de frente. Como una imagen vale más de mil palabras, os dejo aquí
algunas instantáneas de gente querida, muy querida, y su expresión al cruzarse
su mirada con la mía cara a cara.
La verdad
es que los días siguientes a la llegada han sido excelentes por el recibimiento
de familia, amigos, compañeros de trabajo, incluso de personas que no conocía y
a través de alguien me han estado siguiendo a través de este medio, el blog, y
me han hecho sentirme como una mini estrella de rock. Así da gusto volver a
casa, dándose un baño oceánico de afecto, y muestras espontaneas y sinceras de
cariño, de abrazo en abrazo. Creo que es la consecuencia directa de intentar
compartir esta experiencia, que sigue abierta.
Los días
siguientes a la llegada, cuando todo empieza a normalizarse, te das cuenta que
tus pies empiezan a tocar el suelo de la realidad y sientes tus pisadas con más
fuerza por dónde caminas. “Cuando vuelves a casa todo sigue igual, te das
cuenta que el que has cambiado eres tú. Todo se ve igual, huele igual, se
siente igual…”
Caminar por
Zaragoza y ver mucha más gente pidiendo por la calle que hace un año, me hace
reflexionar sobre cómo ayudar a la gente. Llevo muchos meses viendo pobreza en
la calle por Latinoamérica mucha más de la que estoy seguro voy a ver por
nuestras ciudades. La pobreza ya no me sorprende, aprendí a mirar a las
personas pobres a la cara sin vergüenza y a sonreírles o conversar con ellas.
Quizás sea la primera ayuda que pueda dar a esas personas, como hacía por
Latinoamérica, y compartir mi tiempo, afecto o parte de un bocadillo con ellas,
y claro, cuando me sobre un euro en bolsillo repartirlo. También me gustaría
colaborar con alguna organización de mi ciudad, alguna tarde a la semana con
niños o jóvenes que lo necesiten, así que si alguien conoce algún buen lugar
para dedicar algo de mi tiempo que me avise, gracias. “El mundo se cambia con
tu ejemplo, no con tu opinión” (P. Coelho).
Muchas
veces he oído durante estos últimos meses, “aprovecha, que esto es solo una vez
en la vida”. No creo que sea así, he visto tantas fórmulas de viaje distintas
en estos meses sin importar la edad, tu condición social, familiar o económica,
que en el momento que tenga la voluntad de querer vivir la vida de manera
distinta lo podré hacer, pero me gustaría transformar esa afirmación a todas
las personas que me la han dicho y decirles lo mismo, “aprovecha (que esto) la
vida, es solo una vez en la vida”
Ahora
escribo desde la sombra de un árbol en un camping en Somo, cerca de Santander, he
venido a surfear unos días y estar tranquilo. He pensado que como el blog es un
buen medio para seguir transmitiendo cosas y sobre todo para compartir, y como
ahora tengo muchos amigos de otros países, voy a seguir escribiendo y dando a
conocer lugares de España o de Europa. No voy a poder viajar muy lejos por
dinero y por tiempo. En septiembre vuelvo a trabajar de nuevo, pero seguro que
puedo visitar lugares cercanos que son espectaculares sin salir de Aragón, mi
comunidad.
Próximamente
escribiré sobre Eslovenia, Croacia y Bosnia, dónde estuve hace unas semanas.
Parece que todavía tengo ganas de seguir viajando. “El hombre es el ser que
busca aún a sabiendas de que no va a encontrar”
Todas las fotos de la vuelta a casa AQUÍ