Recuerdo ahora, un mes después, que mi última noche en las Vegas me produjo una sensación similar a cuando salí de España.
De Estados Unidos a México. Del primer mundo al segundo. Algunas noticias sobre asesinatos recientes, disparos, robos, narcos… y dos películas, Machete y Amar a Morir, me hicieron reflexionar sobre el carácter que iba a tomar mi ruta. La duda no era si continuar o no, eso lo tenía claro, mi instinto decía que debía continuar.
Mis dudas eran sobre la seguridad, tenía miedo.
El narcotráfico es algo evidente en este país. Todos los días hay disparos, ajustes de cuentas…La policía y los militares, con sus chalecos antibalas y metralletas, vigilan las ciudades. Las primeras veces tienes la sensación de estar en una película de guerra, si no fuese por esto, y no ves las noticias, no te darías cuenta de nada
Cuando escribo esto llevo exactamente 30 días en México, y no he tenido ni un solo momento de inseguridad o miedo. No me han robado, no he visto disparos, y he llegado a la conclusión que el pueblo mexicano es el más hospitalario que he conocido hasta el momento.
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