El Chaltén, Calafate, cuatro horas. Calafate, Rio
Gallegos cuatro horas y una hora de espera en la terminal. Rio Gallegos,
Bariloche 24 horas. Total: 33 horas de bus para llegar a San Carlos de
Bariloche, donde me esperaban Yanin y Yacki, dos hospitalarias argentinas, muy
amables y con muy buena onda, con las que me puse en contacto a través de
couchsurfing, y que me alojaron en su bonita y acogedora cabañita, siempre
calentita, resultando ser unas excelentes anfitrionas y cariñosas personas. Un
10 chicas!
Por
partes, Bariloche como ciudad, ni fu ni fa. Mucho comercio, mucho hotel, mucha chocolatería
y agencias para realizar excursiones.
Ahora
el entorno de Bariloche es otra historia. Lagos con aguas transparentes,
bosques de pinos altos y verdes, y arrayanes anaranjados, montañas nevadas,
aves rapaces y mucha paz. Ver las estrellas, la vía láctea, todas y cada una de
las estrellas estaban presentes, aquella noche de otoño en Bariloche, sobre
aquel depósito de agua a la altura de las copas de los árboles…. Alguien pintó aquel
cuadro estrellado para nosotros.
Con
la compañía de Yanin unas veces, de Yacki otras y en solitario otras, recorrer
este entorno, en compañía o en solitario merece la pena, una y otra vez. Qué
bonito paisaje! Comparable con los Alpes Suizos, por supuesto. Caminar tres,
cuatro o seis horas por estos lugares, hacer el recorrido chico en bicicleta,
por carreteras que suben y bajan, caminos en los que su la vegetación que los
visten, te abrazan, llegar a embarcaderos escondidos y lagos que parecen
espejos del paisaje que los rodea, para por fin, llegar al calor de la cabaña
tras más de 50 km a pedales, y comer unas papas y huevo frito, que grande!
Hace
muchos días que no hablaba de la tortilla española, pero eso no significa que
no siga siendo embajador de la misma. En Bariloche, en Puerto Madryn y en otros
lugares de Argentina estuvo presente, con buena conversación y acento Argentino
o español.
Fotos de Bariloche AQUÍ
Cuatro
días en Bariloche, diez días más por Patagonia, una semana en Puerto Madryn,
Buenos Aires, Punta del Este, si miro atrás, cuanto movimiento. Tengo ganas de
descansar. Me vuelvo a Paraná donde Walter, Guille y el calor de sus familias y
amigos me esperan, para volver a cargar pilas. No les digo nada, pero me subo
en el bus que me llevará a “casa”, mi casa Argentina, dónde tras otras 33 horas
de viaje llego el 25 de mayo, de sorpresa. Que buenas esas sorpresas de
encontrarse sin esperarlo.
25
de Mayo, día especial para mí porque mi hermanita, mi querida hermanita, mi
guapa hermanita cumple años, y yo lo celebro viajando y acordándome de ella en
cada uno de los kms, de este breve viaje de más de 30 horas, en este breve viaje
de más de 8 meses. Repasando nuestras vidas, unas veces más lejos y otras más
cerca, unas veces por la distancia, otras por las emociones y sentimientos de
cada momento de nuestras vidas. Y parece que nuestra relación, nuestro
sentimiento, mejora como el vino, con el tiempo, y qué bueno!
En
Argentina esta fecha, el 25 de Mayo, se celebra porque en 1810 da comienzo a
través de la Revolución de Mayo, y su primera junta en esta fecha del proceso
de independencia de los españoles, que finalizará el 9 de julio de 1816,
proclamándose Argentina como república.
Y mientras tanto que pasaba en España…
sumergidos en plena guerra de la independencia española, defendiéndonos de los
franceses, arruinados por el derroche y la mala gestión económica de la
monarquía de aquellos momentos durante años, indefensos por mar por la pérdida
de la flota española en la batalla de Trafalgar…y pienso en la historia, una de
mis asignaturas pendientes en secundaria, y ahora la vivo de alguna manera, y
que fácil entra, con la perspectiva de uno y otro lado del charco.
Animo
España, hemos salido de situaciones peores, somos un gran pueblo, y lo
seguiremos siendo, como siempre peleando y trabajando duro, una de las mejores
sociedades que he conocido, estoy orgulloso de ser español.
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