Si no fuera por la
proximidad de Calafate al Perito Moreno, creo que este lugar no sería tan
famoso y visitado en Argentina. Tiene lago, tiene montañas, pero no sé, no
me dijo nada, así que no puedo contar muchas cosas de este lugar. En mi
opinión, ciudad invernal prefabricada que no tiene muchas cosas para ver ni para
hacer, situación que aproveché para estar más en el hostel. Tipo cabañita con
vistas al lago, estar un poco aislado,
leer y cocinar, algo que creo que se van a convertir en dos de mis grandes
hobbies.
Hace un año cuando decidí dar un viaje de vuelta al
mundo, hablé con un viejo amigo del equipo de natación, Nacho Fernández, y me
dijo que tenía otro amigo, Elías Yela del C.N.Helios, el cual yo conocía de
vista y por haber competido con él hace muchos años, que iba a dar la vuelta al
mundo pero en sentido contrario al mío y que posiblemente nos encontraríamos en
Asia o Australia. En aquel entonces recuerdo que le envié un correo, y todo
bien, quizás nos veamos, estamos en contacto. Los dos emprendimos nuestros
viajes pero nunca supimos nada más el uno del otro. Como el camino te va
poniendo personas a escena, uno de los días que salía del hostel, en la recepción
del mismo, efectivamente, Elías y Joju se encuentran en el camino en América,
en Argentina, en Patagonia, en Calafate, en el hostel, en aquella recepción... El
no dio la vuelta al mundo, estaba visitando en Argentina a su simpática novia,
Teresa, yo tampoco di la vuelta, siempre me quedé en este continente, pero nos
encontramos.
Con las veces que he pensado, me gustaría ver a esta
persona que llevo sin ver tiempo, en mi propia ciudad, incluso buscando
encuentros forzados, y nunca ves a esa persona. O lo contrario, no quiero ver a
esta otra, y te la encuentras en la fila del supermercado. Pero a veces las
personas nos encontramos, y que alegría cuando te encuentras con alguien y no
lo esperas.
Por supuesto, cenamos juntos, hablamos de viajes de
Zaragoza, de natación, de mil cosas, y escuché hablar a alguien con acento maño,
después de ocho meses de viaje. Me dijeron que tengo algo de acento Argentino,
puede ser. La mitad de los acentos latinos del mundo han pasado por mis oídos en los últimos meses. Pero como me alegré al escuchar ese acento maño tan sano, tan natural, tan noble y
tan querido.
No mucho más que contar de Calafate. Pasear acompañado de
perros vagabundos que últimamente siempre vienen conmigo en todos mis paseos, puede ser una señal de que deba tener un perro a mi regreso. O que me haya
convertido por fin en un vagaMundo como me dijo una niña lindísima hace meses
en Tepic (México) mientras me hacía una foto con toda su familia delante del árbol
de navidad.
Montar en bici, sacar fotos, caminar, escribir postales y
reflexionar…esa es la vida de un vagaMundo por esta parte del camino.
Fotos de Calafate AQUÍ
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