miércoles, 16 de mayo de 2012

PUERTO MADRYN, PENÍNSULA DE VALDÉS. NO HAY BALLENAS PERO LOS LOBITOS DE MAR ME DAN LA MANO. (Del 7 al 13 de Mayo de 2012)



         Que importante es la actitud. Escribo desde Calafate, el lugar más cercano para poder visitar el glaciar Perito Moreno. Miro a mí alrededor y todo el mundo habla en grupos. Sólo he hablado con una persona en dos días. Será una consecuencia de tantos meses de viaje, de hablar con cientos de personas, de compartirlo todo, y ahora tener ganas de sentirme solo. No sé a dónde quiero llegar con mis pensamientos, ya lo descubriré…

            Puerto Madryn, ciudad  de la provincia del Chubut, en la Patagonia Argentina. Cuando te asomas a su costa, observas un golfo de libro, perfecto. Esto es lo que deben pensar las más de mil ballenas francas que visitan año a año este lugar, para aparearse y procrear, brindando a los lugareños y turistas, imágenes sorprendentes de los grupos de cópula, y ballenatos, que se pueden ver desde la costa o el embarcadero. Esto ocurre a partir del mes de junio, pero fundamentalmente en julio y agosto. Además de ballenas, orcas, lobos y elefantes marinos, pingüinos, delfines, toninas y una gran cantidad de aves, comparten este espacio, tranquilo en el mar y en la tierra.


            Alojado en el Hi Patagonia Hostel (www.hipatagonia.com) , a tan solo dos cuadras del mar, y con una predisposición muy acogedora, además de la atención de Nacho, el chico que se encargaba de llevarlo en estas fechas, mi estancia en este hotel ha sido buenísima, y casi no me voy, muy a gusto la verdad. Como mi permanencia se alargaba de 3 a 6 días, busque algunas ocupaciones, además de pasear, hacer fotos, y pasear con mis perros callejeros que me esperaban a la puerta del hostel y acompañaban todo el tiempo.


            La primera labor  fue dirigirme a Península de Valdés, una reserva protegida dónde conviven guanacos y ovejas,  junto a zorros, armadillos y otros animalillos. En la costa colonias de lobos marinos, y elefantes marinos, toman el sol. Ahora solo quedan algunas hembras, con sus crías. Los machos ya se fueron, y las orcas con su peculiar sistema de caza por varamiento, no acudieron a la cita en Punta Norte, dónde se puede ver esta maravilla de la naturaleza. Las vistas son muy bonitas, y el lugar desprende una tranquilidad aumentada por la temporada, baja, de mi visita.


            Llevaba tiempo pensando en obtener el título de buceo, y tras cuatro días de inmersiones, clases teóricas y horas de estudio en mi habitación, ya lo tengo en mi poder. Un nuevo título el Open Water Diver  (www.padi.com/scuba/padi-courses/diver-level-courses/view-all-padi-courses/open-water-diver/default.aspx) .No sé muy bien como describir esas primeras sensaciones y respiraciones bajo el agua con botella. Solo sé que mi medio, en el que he pasado tantas horas nadando desde que era niño, ahora ha tomado una nueva dimensión y estoy satisfecho con la realización de este curso. Ahora puedo descubrir lo que hay bajo el mar.

            Me quedo con dos momentos bajo el océano. El primero, una de las cosas más maravillosas que he podido hacer en mi vida, nadar con lobos de mar. En cuanto la lancha se acerca a la lobería, la guardería de mar dónde se cobijan los cientos de lobitos con sus mamas, se meten al agua, y cuando los buceadores nos sumergimos con nuestras botellas, trajes, aletas y máscaras, estos cariñosos y curiosos animales no pueden evitar acercarse a mirar, dejarse tocar, y morder tus guantes, aletas, y cualquier parte del traje. Que experiencia!!Tener a más de 40 animalitos nadando a tu alrededor, jugando e interaccionando contigo…no tengo palabras. Sus ojos grandes a unos centímetros de tus ojos, mirando tu interior, con la ternura de un niño curioso…o sentir tu mano agarrada por sus aletas delanteras, queriéndote llevar a jugar por el fondo del mar, me habría ido con ese lobito plateado o me lo habría llevado a casa. Probablemente hay pocos lugares en el mundo dónde se puede hacer esto, y sentirte flotando de una manera tan especial junto a estos increíbles animales. Qué bonita es la naturaleza y cuantas cosas me quedan por descubrir de ella.

            El último día Nacho me invitó a una fiesta de disfraces, era el único huésped de su hostel!!! Divertido final para unos días muy tranquilos.

            Me costó marcharme, incluso pensé en quedarme unas semanas hasta la llegada de las ballenas, y hasta entonces trabajar en algo, pero al final arranqué y por fin llegué a Calafate. Desde Puerto Madryn hasta aquí fueron 28  horas de buses y esperas, 18 hasta Río Gallegos y 4 más hasta Calafate, más 3 horas de espera en una terminal y 3 en otra. Ya no pesan las horas de viaje…

Nunca había estado tan al Sur, curiosa forma de buscar el Norte.

            Fotos de Puerto Madryn AQUÍ

            Saludos desde la tierra de glaciares.

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